viernes, 26 de junio de 2009

Muñecas de Porcelana

Europa
Las muñecas con cabeza de porcelana fueron fabricadas hasta el año 1935 fundamentalmente por industrias muñequeras provenientes de Alemania, Francia e Inglaterra. Por lo general las marcas estaban grabadas en la nuca de las muñecas, en donde se especifica el nombre de la fábrica de donde proviene y la fecha en la que fue fabricada.
Las muñecas Francesas son generalmente algo más antiguas que las Alemanas y cada según el país de su fabricación posee características propias como la forma de la cara, la boca cerrada y la forma del cuerpo.
En algunos casos estas muñecas eran elaboradas con un material llamado caolín, una materia prima que al pasar por moldes y ser solidificada en hornos a altas temperaturas daba lugar al conocido y apreciado biscuit, relativamente resistente y duro con el que se lograba dar una perfección al rostro de la muñeca nunca antes obtenido. Los cuerpos de estas muñecas que no llegaban a los 25 cm. podían ser en su totalidad de biscuit o papel maché según el tamaño.
Tener una muñeca de porcelana en ese entonces significaba tener un estatus social alto, generalmente los padres se las obsequiaban a las madres para que las guardasen en una vitrina de vidrio desde donde las niñas embobadas podían solo observarlas sin lugar a tocarlas.

Francia

Destacaban por la óptima calidad de la porcelana y sus hermosos vestidos.
Reconocidos fabricantes comenzaron a realizar muñecas tipo maniquíes muy refinadas. Su principal competencia eran las muñecas Alemanas al haber hecho exportaciones a Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. La calidad de su bisqué era excepcional y los precios mucho menores que los franceses.

Alemania
Fue el país numero uno en producción de muñecas de porcelana en el que se batía un record de mil cabezas fabricadas por día. Miles de familias vivían exclusivamente del negocio de fabricación de partes que luego vendían a grandes fabricas para la elaboración de estas finas muñecas.
La fabricación de muñecas en Alemania sacó del desempleo a muchas personas, ya que al requerirse nuevas ideas para la confección de los vestuarios de estos juguetes se les brindaba trabajo a humildes costureras de la calle, que eran acogidas en enormes talleres construidos por las empresas fabricantes en donde cada estación del año cambiaban el guardarropa de las muñecas de porcelana.

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